1 sept 2012

Apagando el despertador


Desde niño, los días habían empezado con un sonido desagradable, violento, que me sacaba del sueño con brusquedad. Hasta en los periodos de descanso, el despertador era el amo que me indicaba cuándo tenía permiso para levantarme. Además, era costumbre mirar el reloj para saber a qué hora había que comer, en vez de sentir si tenía hambre o no.

En los empleos que tuve, pude comprobar la inutilidad del horario. Realizaba todas mis tareas en la mitad de tiempo y luego tenía que ver pasar las horas sin poder hacer nada. Después me hice autónomo, pero me fijé un horario igualmente, por inercia. Era algo más libre, pero seguía atado al reloj.

Ahora trato de ser autosuficiente en todo, quitando también esta esclavitud del reloj. Dejo que sea la luz del día la que me despierte, dejo que sea el cuerpo el que me indique cuándo debo comer y cuándo debo dormir. Esto me ha causado una reconexión con mi cuerpo y con el entorno natural, que antes no tenía, y que me ha llenado de paz y salud.

Sé que algunos dirán "ya, pero no todos podemos hacer eso". No soy ejemplo de nada, pero te digo: si realmente quieres, aparecerá una manera de hacerlo, tarde o temprano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario