Desde niño, cada vez que tenía algún síntoma, me enseñaron que había que tomarse una pastilla para ello. ¿Me dolía la cabeza? Pastilla blanca. ¿Me dolía la garganta? Pastilla naranja. ¿Me dolía el estómago? Pastilla marrón...
Con el tiempo y la conciencia he aprendido que el dolor es la manera que tiene el cuerpo de comunicarse con nosotros y decir que algo está mal. Acallar los síntomas es impedir que se exprese, pero lo que produce la enfermedad seguirá ahí, tal vez agravándose.
Desde hace un año, decidimos permitir que el cuerpo se expresara para averiguar la causa de su mal. Si me duele la cabeza, no me tomo un paracetamol, sino que entiendo que he estado forzando cerebro y me tomo un tiempo para relajarme. Si me duele el estómago, identifico qué alimento o combinación de alimentos me pudo sentar mal y dejo de comerlo. Si me duele el cuello, tal vez deba corregir mi postura o descansar, no tomarme un antiinflamatorio y seguir forzando. Así con todo.
Además, estamos realizando un cuidado preventivo del cuerpo. Por una parte, no dejando que sufra tensiones. Moviéndolo, estirándolo, exponiéndolo a la energía del Sol... Por otra parte, tomamos habitualmente diversas infusiones que ayudan al cuerpo a reequilibrarse, como por ejemplo:
- Manzanilla - Para el dolor de cabeza.
- Hierba Luisa - Para el aparato respiratorio.
- Flor de Azahar - Para dolores menstruales.
- Diente de León - Para el estómago.
Y un largo etcétera, porque hay infinidad de plantas medicinales de las que apenas se hace publicidad, tal vez porque son demasiado baratas...
Estas soluciones acallan sólo los síntomas, no erradican la causa y encima crean nuevos problemas, porque tienen efectos secundarios. Si te venden el problema (alimentos grasos) y luego la solución (reguladores de colesterol), la ganancia es doble. Si tienes estrés, te venden un reconstituyente. Si tienes un resfriado, un descongestionante. Si tienes dolor de espalda, un relajante muscular... pero no te dicen "detente, averigua la causa y deja que tu cuerpo sane por sí mismo".
Ahora somos conscientes de que el cuerpo es el resultado de millones de años de evolución natural y de que es mucho más sabio que nosotros mismos o que cualquier industria.
Hola amigos!!!
ResponderEliminarhe encontrado vuestro blog através de Vale de Oro y os digo que me encanta... os felicito!!! como farmacéutico reitero todo aquello que afirmais... la gran indútria del medicamento nos aterroriza y nos presiona... y bien dijo mi professor de Química Analítica Cuantitativa en la UCV... cuando un compañero le pidió un remédio para el resfriado... "hijo, te tomas muchos líquidos y mandas las pastillas por el retrete!!!" nunca lo olvidé!
un abrazo!
Hola Ramona. Muchas gracias por leer nuestro blog. Me alegra mucho saber que dentro de la industria farmacéutica hay gente como tú. Estoy seguro que desde dentro se puede transformar esta industria para convertirla en una benévola fuente de salud. Un abrazo!
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